Es cierto que los años no pasan, se
quedan en el cuerpo y por eso pesan al andar. Y resulta inevitable entonces que
las capacidades fÃsicas disminuyan, pero muchas experiencias ratifican que por
dentro solo envejece quien lo desee. La tercera edad es una de las conquistas
sociales más importantes, y se traduce
en mejores condiciones y esperanza de vida. Es otra etapa, es también la
tercera oportunidad de vivir y hay que saber aprovecharla.
Amores y desamores en la vejez, de la
psicóloga MarÃa Elena Real Becerra, es una de las propuestas de la Editorial
CientÃfico-Técnica en la XXIII Feria Internacional del Libro de La Habana, que
demuestra que a envejecer también se aprende.
La autora considera que en la vejez el
amor “ya recorrió caminos, dobló esquinas y optó por encrucijadas”, y por eso
las variadas dimensiones de ese sentimiento: amor a la familia, a los amigos y
sobre todo a sà mismo.
Ante acontecimientos tÃpicos de ese
momento vivencial, como los cambios en la salud, la jubilación, convertirse en
abuelos, la viudez o pensar en la
muerte; se expresan diferentes rasgos psicológicos o regularidades en el
desarrollo del adulto mayor. Y este es uno de los análisis del texto que
describe, además, manifestaciones negativas asociadas a esos eventos como el
aislamiento, el apego a los bienes, el refugio en el pasado, la reducción de
los intereses, la negación al cambio, la agresión y hostilidad, y el miedo.
“La negación de la edad es una
tonterÃa. Existen personas que tienen miedo a esta etapa que empieza después de
los sesenta años. Algunas, cuando están instaladas en ella, se dan cuenta de
que se les ha simplificado la vida, y la mayor parte de las cosas que antes les
preocupaban ahora creen que son boberÃas, pero quedó lo esencial: el amor, los
hijos, los nietos, la justicia social, la solidaridad; y también el dulce de
coco, el chocolate, los helados y muchas otras cosas que aún son causa de
disfrute personal”, reflexiona la autora.
La también máster en PedagogÃa de la
Sexualidad explica que “hay una etapa de la vida en que uno es niño, otra en
que es joven, otra donde es adulto y otra donde se es viejo. Los que
atravesamos las cuatro etapas de la vida, si negamos una, vamos a tener
problemas. Si se nos niega la infancia, vamos a perder la creatividad y si se
nos reprimió la adolescencia, vamos a perder la rebeldÃa. Lo importante es
seguir creciendo. Es como pasar por distintas estaciones. En cada una hay que
bajarse y tomar el otro tren (son las crisis evolutivas)”.
“Los padres que no le temen a la
muerte —destaca MarÃa Elena — hacen hijos que no le tienen miedo a la vida, por
eso desde que nacemos, tenemos que hacer crecer la esperanza de que aún en esta
edad podemos amar y disfrutar la vida, para hacer crecer la esperanza en los demás”.
Por ello, la autora pretende con Amores y
desamores… apuntar hacia objetivos
prácticos: intentar modificar la imagen catastrófica del envejecimiento,
informar a ancianos y al resto de las personas que están por arribar a esos
años sobre la realidad de la vejez y su manejo más eficaz, hacedero y
liberador.
En el volumen se incluyen aspectos
relacionados con la tercera edad en el mundo actual, los mitos y estereotipos
que existen sobre ella, su personalidad, su funcionamiento, el amor y el apego,
la abuelidad, la sexualidad, la violencia y la salud mental. Resulta un texto
en términos cientÃficos, pero redactado de manera amena, con explicaciones para
hacerlo accesible a toda la familia.
Teresa Orosa FraÃz, presidenta de la
Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, valora en el prólogo
la significación del libro: “Es una lectura que nos hace reflexionar,
invitándonos a mirar retroactivamente lo que hemos vivido. Mirada también desde
lo presente, y de lo que nos queda por vivir. Una interrogante tan simple y tan
difÃcil de lograr: ¿cómo vivir la vida de la mejor manera?”. (Por Darianna Reinoso RodrÃguez, tomado
de https://gotasderomerillo.wordpress.com)
Muy bueno, me gustarÃa leer más para poder orientar más a mis apdres y por supuesto para entrar en la tercera edad preparada para disfrutar y hacer más plena la vida, gracias por compartirme.
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