Basta
que hablemos de un objeto para creernos objetivos. Pero, en nuestro primer acercamiento,
el objeto nos señala más que nosotros a él, y lo que creíamos nuestros pensamientos
fundamentales sobre el mundo, muchas veces no son otra cosa que confidencias sobre
la juventud de nuestro espíritu. A veces nos maravillamos ante un objeto
elegido; acumulamos hipótesis y sueños; formamos así convicciones que tienen la
apariencia de un saber. Pero la fuente inicial es impura: la evidencia primera
no es una verdad fundamental.
La letra corta le propone este texto de Gaston Bachelard, que
data de 1936.
LEER Y DESCARGAR Psicoanálisisdel fuego
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente acá... porque somos de letra corta: