No vaciló Mariana Grajales cuando
recién iniciada la guerra más grande que haya conocido esta tierra, le plantó
cara a todos los hombres de la familia y sin medias tintas los puso ante la
disyuntiva: o patria o complacencia. No la decepcionaron. La mayoría murió en
los campos de Cuba Libre.
Ya anciana, Mariana recibió en
múltiples ocasiones la visita y las cartas de un Martí enfrascado en la difícil
tarea de organizar otra guerra. En ella reconoció la fuente nutricia de todos
los que aspiraban, a costa de su propia vida, a un país distinto. Dio entonces ella
al más importante de sus hijos. Lo impulsó a la contienda.
Mucho «hombre» fue esa mujer, que se
fue a la manigua a cuidar heridos, a comer donde lo hacían los soldados, a sufrir
las necesidades, a soñar una nación libre.
Quizás en ella pensara alguna vez
Amalia Simoni: tu
deber antes que mi felicidad, es mi gusto, Ignacio mío, y cómo no amarte
si eres tan grande, si tan elevado es tu corazón, le escribió en una ocasión a Agramonte. Ella, desde el amor
sagrado y puro, se convirtió en la retaguardia del Mayor.
No hubo en el
Camagüey mujer más importante en la vida de aquel guerrero. En la soledad de la
noche, cuando él estaba en los campos cubanos, lloró por la ausencia y la falta
de noticias. Convirtió sus lágrimas en palabras, palabras de aliento y entrega
total. Se fue entonces a la manigua, como Mariana, y allí tuvo hijos y amor.
Manana y María
Cabrales: mucho «hombre» esas mujeres a las que les correspondió compartir vida
y hazañas con Gómez y Maceo. Como semillas, se multiplicaron en la historia de
esta nación Leonor Pérez, aquella a la que Martí adoró en su primera carta;
también Haydé Santamaría, esa a la que no le tembló la voz cuando frente al
oficial prefirió callar a costa de la vida del hermano antes que traicionarlo.
Es este un país de
mujeres, muchas mujeres de las que solo pueden haber nacido grandes hijos e
hijas, toda una nación, toda una Patria. (Por Eduardo Pérez Otaño)
SUGERIMOS QUE VEA:
El rol geopolítico de Cuba en la era post Obama |
Manual del nuevo conquistador, por Eduardo Pérez |
Publicamos este trabajo a modo de felicitación para todas las mujeres en Cuba y el mundo... que este día sea el momento ideal para hacer valer lo que son y merecen. Feliz día a todas!
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