Acusaron
a Céspedes de tentativas dictatoriales y de pretender implantar en Cuba un
régimen antidemocrático. Le tacharon de autócrata, tirano, dictador y
militarista. Sus enemigos consideraron que era un crimen que se hubiese
proclamado como jefe supremo del ejército.
¿Tenían
fundamento esas acusaciones? ¿Cuáles fueron los móviles de la actuación de
Céspedes? ¿Dónde se encuentra la verdad histórica?
Estas y otras interrogantes son
planteadas por Liudmila Ivkina, doctora e investigadora del Instituto de
Historia Universal de Moscú, en el texto que presentamos como Lectura de la
Semana.
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