Por Ivyliet Ventura Kessel
El ser humano ha
sentido desde los anales de la historia la necesidad de trascender la mortalidad.
Dejar una memoria viva luego del deceso, ha sido una de las ideas más
recurrentes a través de los tiempos. No es casual que la búsqueda de la
descendencia tenga un lugar primordial dentro de la dinámica de las familias.
La llegada de un bebé significa la posibilidad de perpetuar concepciones,
valores, intereses y conocimientos durante otra generación y acercarlas un poco
más a lo imperecedero.
Ante la
dificultad de tener hijos biológicos la adopción ha sido, desde la antigüedad,
uno de los métodos utilizados para asegurar la continuidad de la familia.
Cuba posee entre
sus preceptos fundamentales la protección a la infancia y el respeto a los
derechos de la niñez, entre ellos el de poseer una familia. De esta manera,
aquellos infantes desprovistos del amparo filial tienen la posibilidad de
encontrar el calor de un hogar a través de la adopción.
Actualmente las
características de esta institución jurídica en la Mayor de las Antillas están
condicionadas por diferentes aspectos de la realidad social. Son precisamente
estas cuestiones las que han llevado a la adopción a la categoría de los temas
poco discutidos en la sociedad civil.
En la Isla una de
cada cinco parejas en edad reproductiva es infértil (1) , lo cual incide en que
haya un elevado número de personas que apuesten por esa vía para conformar su
familia. Sin embargo, la experiencia en materia de adopción es bastante
limitada teniendo en cuenta que en los últimos cinco años se han reportado poco
más de 10 casos en el país (2).
El número de
personas que desean adoptar supera con creces al número de infantes adoptables,
este incide a su vez en el aumento del tiempo del proceso en espera de que
aparezca un niño para realizar la adopción.
Otro aspecto,
relacionado con la dimensión jurídica de este proceso, influye en las
características de la adopción de niños sin amparo filial en Cuba.
De acuerdo con la
profesora y jurista Yamila González Ferrer en el país no se materializan muchas
adopciones de niños sin amparo filial, debido a que por lo general se priva de
la Patria Potestad a los progenitores en casos muy graves de maltrato o
abandono; pero con otros se tienen actitudes paternalistas, tratando de que
rectifiquen su actuar. Sin embargo, pasa el tiempo y esos menores de edad
crecen y pierden la posibilidad de ser acogidos por familias funcionales que
pueden darle una óptima atención, amor y cuidado.
Por otra parte,
la adopción en Cuba no es un tema recurrente dentro de la sociedad, lo cual
está influido grandemente por el desconocimiento, y conlleva a que se
construyan opiniones y concepciones erradas con respecto al mismo.
Según Catherine
Ayala, responsable de trabajo social de la Dirección Provincial de Educación de
La Habana, existe un desconocimiento tanto por parte de las parejas como del
resto de la sociedad cubana con respecto al tema adopción, y la mitad de las
personas que pretenden adoptar desconocen incluso a dónde dirigirse para
iniciar el proceso (Ayala 2016).
La incidencia del
resto de la comunidad, además, propicia que las parejas que adoptan en Cuba
tomen determinadas decisiones con respecto a hacer público o no, el hecho de no
ser los padres biológicos de sus hijos.
En la Isla, la
forma de asumir al adoptado y sus padres adoptivos, está influenciado por
factores como el estigma de la infertilidad por parte de la pareja, y por parte
del menor, por la marca de no poseer padres biológicos, las huellas del
abandono o la proveniencia de un ambiente turbulento. Esto ha provocado que, de
manera general, prevalezca una preferencia por ocultar el hecho.
Los futuros
padres adoptivos cubanos además actúan movidos por motivaciones, expectativas y
temores con respecto a su futuro hijo, por ejemplo: pretenden con la adopción
satisfacer sus roles de paternidad; esperan que el menor desarrolle intereses,
actitudes, habilidades, comportamientos, similares a los propios; y temen no
poder congeniar con el menor.
La adopción de
niños sin amparo filial prácticamente no ha sido abordada por parte de los
diferentes medios de comunicación del país, a pesar de tratarse de una temática
de importancia en la sociedad cubana actual. Sin embargo, en los últimos meses
tímidamente la agenda de la adopción ha ido apareciendo en el entorno mediático
de la nación. Este silencio ha reforzado las concepciones erróneas en la
población con respecto al tema.
En la adopción
debe tenerse en cuenta la manera de satisfacer necesidades de paternidad de
personas que por diversas razones no pueden tener hijos de manera biológica,
aunque prevalezca el interés superior del niño, brindarle la posibilidad de
vivir en familia, con amor, cariño, ofrecerle protección. De manera general la
adopción en Cuba y cualquier parte del mundo debe asumirse fundamentalmente
como un acto de amor.
Tomada de Juventud Rebelde (www.juventudrebelde.cu) |
Bibliografía:
Ayala González,
C. (23 de febrero de 2016). El proceso de adopción de Niños sin Amparo filial
en Cuba. (I. Ventura Kessel, Entrevistador)
González Ferrer,
Y. (2 de febrero de 2016). Aspectos jurídicos de la adopción de Niños sin
Amparo Filial en Cuba. (I. Ventura Kessel, Entrevistador)
Notas:
1. Según aparece reflejado en el Programa de Atención a
la Pareja Infértil, del Ministerio de Salud Pública en su edición más actual
correspondiente al año 2012.
2. Hasta octubre del 2015, fecha en que se presentó el
Informe Inicial de la República de Cuba a la Convención sobre los Derechos del
Niño
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