Continuación
de las intervenciones durante el debate convocado por el Foro de Estudios
Críticos (FEC) y La
letra corta, desarrollado en la
Universidad de La Habana, el 14 de marzo de 2017.
Fernando
Ravsberg (periodista): Cuando se
habla del modelo socialista de la prensa no se puede hablar de una sola cosa. Lenin por ejemplo planteaba que había que tener la
ley, y que los periodistas respondan al final ante ella. Lo que se hizo
después, lo que llamamos modelo de prensa socialista, es el modelo estalinista,
que Cuba lo asume desde el 64, cuando surge el departamento dentro de lo que
luego sería el Comité Central.
Cuando tú tienes el control todo está
bien; pero cuando pierdes ese control, como está pasando en este momento, la
gente tiene otros modos de informarse. ¿Y qué logras con la censura? Que tus herramientas
de concientizar a la gente pierdan credibilidad. Y entonces la gente comienza a
tener de medio alternativo a The New York
Times. Eso es de locos. Comienzan a tener como alternativos a medios
privados. Eso es otra cosa. Son cosas que no entiendo.
Los medios alternativos no son medios
privados, son esos que no tienen un peso en el bolsillo. Pero en este momento
qué está pasando, que se censura en la televisión un programa de Pánfilo porque
critica determinada cosa, entonces te dejan entrar en el paquete los programas
que se producen en Miami. ¿Quién está perdiendo? La televisión cubana. Y eso
está pasando.
Granma ha tardado una semana o diez días sin
decir una sola cosa de la crisis migratoria en Costa Rica. El director de
internacionales tiene que escribir la historia en un blog porque el medio no se
la publica. ¿Quién pierde? Granma.
¿Quién pierde? El Partido y su capacidad de influencia sobre la gente. Cuando
un medio pierde credibilidad es como un arma de fuego: hace mucho ruido pero no
mata.
El tema es que cuando metes todos los
huevos en una canasta, porque todos los huevos de la prensa están en una
canasta, te puede suceder lo que le pasó a la Unión Soviética. ¿Quién fue la
pieza clave en la destrucción del socialismo en la URSS? El jefe del departamento
ideológico de la Unión Soviética. No fue la glasnost, fue una aparente glasnost
desde donde él atacó a todos los marxistas que quedaban en el Comité Central y
el Buró Político, y los fue tumbando uno a uno. El último marxista que quedaba
allí lo tumbó con la carta de una maestra y nadie sabe aún si existía esa
persona o no. La carta la reprodujeron todos los medios.
Entonces, meter todos los huevos en
una canasta y dárselos a un funcionario de medio pelo, es un peligro. Por eso
los medios públicos te permitirían una cantidad de cosas, no sé, que la
juventud tenga uno, que los gobiernos provinciales de verdad tengan uno, y ahí
nadie va a tener ese poder de hacer con la sociedad lo que les dé el deseo.
Harold
Cárdenas Lema (bloguero): Este
no es un tema exclusivo de los medios. La
esfera pública cubana va mucho más allá de los medios. La necesidad de un marco
legal no se refiere solo a los periodistas, porque un ciudadano en redes
sociales puede decir ciertas cosas y puede ser objeto de presiones. La
necesidad del marco va mucho más allá.
La ley de comunicación está escrita
hace un montón de años y se guardó. Si hace un año hubiera salido la ley yo
hubiera sido más optimista porque había un contexto mejor: la posibilidad del
fin del bloqueo, un acercamiento con Estados Unidos en condiciones distintas a
las que hay ahora, un ambiente económico mejor. La correlación de fuerza en el
poder era bastante progresista.
Qué pasa, que las fuerzas más
conservadoras en el poder se han ido fortaleciendo en el nuevo contexto y están
cosechando las contradicciones nuestras, quienes no hacemos una comunicación
política efectiva. Siempre me gusta decir que no solo se trata de hacer las
cosas bien sino que debemos hacerlas ver, no solo ser sino parecer también.
Nosotros a veces hacemos cosas muy bien y no las sabemos decir.
En este contexto, en el cual se nota
una regresión ideológica, por determinadas posiciones que se han fortalecido
como resultado de la crisis de los últimos años, a mí me preocupa que salga una
ley de comunicación. Habría que ver qué va a salir. También va a responder a
una lucha interna que hay en el poder. Eso es tradición en la historia de Cuba.
Desconocemos la vida real y física de
las personas que están trabajando en esta ley. La lucha política en Cuba hoy no
es revolución contra revolución, aquí lo que hay son distintos modelos de
izquierda, distintos caminos. Hay una pugna interna entre un modelo
estalinista, vamos a llamarlo así aunque no creo que sea esa la palabra, quizás
le podamos decir modelo dogmático, y otra visión más abierta. Y mientras esa
pugna por el poder no se delimite nosotros vamos a seguir discutiendo estos
temas.
Desde mi blog con toda la
responsabilidad del mundo, y con todas las batallas que lleva eso, vamos a
fortalecer al sector del poder que me parece revolucionario. Los mecanismos del
poder son invisibles. ¿Por qué esta ley de comunicación no sale? Sencillo:
porque el que decide y está frenando la ley no es conocido públicamente. Es
decir, si el ejercicio de participación fuera público es muy difícil que un
funcionario frenara la ley de prensa. ¿Quién asume esa responsabilidad ante el
público? Nosotros tenemos que visibilizar más el ejercicio del poder para saber
quién es revolucionario de verdad. Y eso va a definir mucho la Ley de
Comunicación.
Yo soy bloguero y en una ocasión
quería contar una historia sobre algo bueno que hizo el estado cubano y que no
se hace en ninguna otra parte del país: no pude acceder a la información. Estoy
desprotegido totalmente en el acceso a la información, y era algo que le
interesaba al país, a la Revolución.
Eduardo
Pérez Otaño (moderador): Creo que
la Ley de Comunicación, sea cuando sea que salga, tiene un reto sobre el que
muy poco se habla: se trata de la protección de las audiencias. La comunicación
es pública porque hay una audiencia que demanda de esos medios de comunicación
y de esos periodistas. No estamos hablando de una ley que sea de los que
desarrollan el ejercicio de la comunicación, de ellos y para ellos, sino de una
normativa que también tiene que tener en cuenta a las audiencias.
Hay experiencias en Argentina, por
ejemplo, que tienen que ver con las defensorías del lector, porque el público
tiene que tener ante la ley una protección, para que no se sienta como la
hormiga ante un elefante, que es el medio de comunicación. Porque los medios
pueden invadir tu espacio. Y debe contemplar el derecho a que el público tenga
participación en los medios. El medio de comunicación no puede ser el
hegemónico. Esa situación de indefensión del público es preocupante porque casi
no se habla del tema.
Un problema que hay con el modo en que
se construye esta Ley de Comunicación es que no tiene en cuenta el criterio de
la gente que no integra los medios. No se visibilizan esos espacios de debate
público, donde todos de un modo u otro tienen algo que aportar.
Harold
Cárdenas Lema: Creo
que están influyendo en eso muchas cosas. Algo que está marcando eso es el
sentido común. Debe haber un marco ético. Estamos muy sujetos a los
personalismos. Por ejemplo, van a estrenar el Canal Caribe. Eso fue un
compromiso personal, más allá de que cuente o no con los recursos necesarios.
Eso me suena al tipo de cosas que hacían los soviéticos. Mientras esa siga
siendo la mentalidad que puede influir, que puede decidir, no avanzaremos
realmente.
Fernando
Ravsberg: Una
información: yo trabajé durante muchos años en los medios públicos de Suecia y
había una herramienta para que te denunciara la población. Simplemente llamaban
diciendo que querían denunciar a un periodista y le enviaban a la casa un
formulario, lo llenaba e inmediatamente el medio iniciaba un juicio. Luego se
le informaba a la gente y cuando el periodista salía culpable se publicaba en
los medios internos y se daba la explicación, y se pedía disculpas. Existen lugares
donde ya esas herramientas están y funcionan bastante bien, al menos en Suecia.
Ariel
Pierucci (profesor universitario, FEC): Yo creo nos
podemos dar cuenta entonces de la cantidad de componentes tan grandes que puede
llevar una Ley de Comunicación: hemos hablado de las distintas asociaciones,
sobre el problema de los consumidores y su protección, el tema del libre acceso
a la información… esta es una cuestión que hay que seguir discutiendo. Por eso
las propuestas que hace el Foro de Estudios Críticos hay que continuar
ampliándolas entre todos.
Fernando
Almeyda Rodríguez presenta los elementos que fueron elaboradas por el Foro de
Estudios Críticos y que no deberían dejar de tenerse en cuenta para la
elaboración de una Ley de Comunicación en Cuba.
Eduardo
Pérez Otaño: A nombre
de los integrantes del Foro de Estudios Críticos y de La letra corta le agradecemos la asistencia a este encuentro.
Desearía concluir citando nuevamente a Martí, quien decía en 1884: “La prensa aun en medio de sus cobardías está
de centinela. La prensa es el can guardador de la casa patria”.
Nueve años antes, en la Revista
Universal de México, el 8 de julio de 1875 había escrito:
No
es el oficio de la prensa periódica informar ligera y frívolamente sobre los
hechos que acaecen, o censurarlos con mayor suma de afecto o de adhesión.
Toca
a la prensa encaminar, explicar, enseñar, guiar, dirigir: tócale examinar los
conflictos, no irritarlos con un juicio apasionado; no encarnizarlos con un
alarde de adhesión tal vez extemporánea; tócale proponer soluciones, madurarlas
y hacerlas fáciles, someterlas a consulta y reformarlas según ella; tócale, en
fin, establecer y fundamentar enseñanzas, si pretende que el país la respete, y
que conforme a sus servicios y merecimientos, la proteja y la honre.
*Nota a esta edición: algunos fragmentos de las
intervenciones no aparecen recogidas en esta transcripción porque la grabación
original era incomprensible.
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