Continuación
de las intervenciones durante el debate convocado por el Foro de Estudios
Críticos (FEC) y La
letra corta, desarrollado en la
Universidad de La Habana, el 14 de marzo de 2017
Luis
(abogado): Los medios
en Cuba, según lo que hay normado, lo que hay en política, deben responder a
dos cosas: primero a los principios socialistas y segundo a los intereses
populares. Dónde falla la cosa, en los intereses populares, donde no se ha
hecho coincidir la agenda pública y la de los medios. Hay un divorcio entre lo
que hay en la prensa y lo que pide y necesita el público que necesita esa
prensa.
¿Por qué es importante regular la
comunicación? Para asegurar el cumplimiento, por parte de los medios, del
mandato social, del mandato de ese consumidor, y también para la protección
tanto del consumidor como del que está emitiendo la comunicación.
Hoy en Cuba hay un debate sobre cómo
generar los contenidos para la prensa plana y para la prensa digital. Porque
sucede que los contenidos de uno se ponen en el otro, y hay una gran confusión
con eso. Se están trastocando conceptos ya desarrollados en el mundo. Debemos
discutir también cómo hacer comunicación más eficiente.
Los medios han estado sujetos a una
política de comunicación, a intereses intrínsecos del gobierno, de un grupo que
establece lo que se debe publicar, cómo publicarlo, y no se tiene en cuenta lo
que realmente necesita y demanda el público.
En otro sentido, lo que tiene que ver
con la protección de la información y los contenidos que se encuentran alojados
en servidores extranjeros, debemos tener en cuenta que las leyes y normativas
se aplican a los contextos nacionales y no tienen vigencia más allá de las
fronteras cubanas, a no ser que existan acuerdos específicos al respecto.
Adrián
Cabrera Bibilonia (FEC):
De la Ley de Comunicación yo no tengo mucho más que decir; pero respecto a lo
que decía Amanda, quiero referirme a dos cosas: a través del poder se ejerce
violencia política, lo que no significa que se reprime, no he querido decir que
la función del poder es reprimir. El otro asunto es que considero que todo
poder ejerce violencia política.
Eduardo
Pérez (moderador): Antes
de la próxima intervención, quisiera referirme a una pregunta que de alguna
manera ha estado flotando desde que comenzó el debate: ¿Por qué y para qué una
Ley de Comunicación en Cuba? Y tiene que ver con algo que decía Luis, y es
criterio muy personal: hay ámbitos a los cuales la Ley de Comunicación no puede
llegar.
Podemos tener una normativa perfecta, pero eso no significa que a
partir de mañana va a haber mejor o peor periodismo, comunicación más o menos
veraz.
La ley lo que busca es regular y crear
las posibilidades para que ese periodismo transite hacia lo que se pide: lo que
tiene que ver con la distribución del espacio radioeléctrico, con los modos de
gestión de los medios de comunicación, con el concepto y distinción entre lo
social, lo público, lo gubernamental, lo político, lo estatal… La ley no te
dice qué periodismo habrá, sino que te creará las condiciones y los respaldos
para que sucedan otras cosas.
Ahora, creo que después del 59 ha
habido, tanto en la comunicación como en otros muchos ámbitos, una especie de
confianza generalizada, de acomodamiento social, en función de que había una
política coherente, porque la dirección del gobierno, el estado y el Partido ha
estado en manos de dirigentes que han mantenido esa coherencia.
¿Qué sucede? Que de pronto, cuando no
puedes asegurar que de aquí a diez años sea un representante de esa misma
generación, de esa misma línea de pensamiento, quien esté rigiendo los destinos
del país, entonces no puedes garantizar que por ejemplo esa política de
comunicación se continúe aplicando del mismo modo en que se ha hecho hasta
ahora, de modo coherente.
Tenemos que perseverar para garantizar
que haya una forma de regular eso más allá de la voluntad personalista de
alguien, y no estoy hablando de figuras como Raúl (Castro) o Fidel (Castro),
estoy hablando de la voluntad personalista de gente como el presidente del ICRT
(Instituto Cubano de Radio y Televisión) que tiene que estar sujeto a normas
que hayan más allá de las que él mismo crea y establece. Debe haber una norma
que recoja las máximas aspiraciones sociales.
¿Por qué una Ley de Comunicación?
Porque se necesita respaldo, seguridad y garantía de que aquello que hoy es
válido, porque mi director de medio me lo garantiza, mañana cuando él no esté y
su puesto lo ocupe otra persona, continúe siendo legal, permitido, porque está
en una normativa. Ese es el marco que se necesita.
Ahora bien, debemos ser conscientes de
que toda Ley de Comunicación va a nacer desactualizada. ¿Quién iba a pensar
hace diez años que el entorno comunicativo se iba a configurar con algo como el
paquete, donde hay un montón de revistas digitales que están saliendo y que son
medios privados, sea como sea que se llamen? Medios que son leídos y que son
vistos, y que cuentan con un modelo de gestión privado. ¿Qué Ley regula eso?
¿Qué Ley regula los contenidos de una revista como Vistar?
Hay que establecer determinados
niveles de protección a los que ejercen la labor periodística. Desde el área de
la blogosfera hasta los medios tradicionales. Hay que regular el espacio físico
de la gestión y dar posibilidades.
Heidy
Martínez Armas (estudiante de Periodismo): Quería hablar sobre la importancia que tiene la
comunicación en relación a lo que Pierucci refería. Los medios de comunicación,
incluyendo en esto al periodismo, ocupan un papel imprescindible. ¿Cuál es la
importancia de las leyes? A pesar de que existen espacios en la gente puede
decir lo que quiera, ese tipo de periodismo no está institucionalizado. El
periodismo de Blogger, de Facebook, no está
protegido por una norma legal.
Por otra parte, aunque existan estos
medios alternativos, los medios tradicionales, como se les llama, van a seguir
teniendo importancia y van a seguir
jugando un papel. La ley debe garantizar que exista una pluralidad en medios
oficiales y no oficiales que satisfagan las necesidades del público. Además
debe garantizar que haya veracidad en todos ellos y le ponga límites a la
censura que en ocasiones hay.
Ariel
Pierucci (Licenciado en Derecho, FEC): Hay ideas
que nosotros manejamos con frecuencia pero que si no estás ahí, si no lo vives,
no lo conoces realmente. La necesidad de una ley de comunicación pasa por ahí.
Todos estamos familiarizados de un modo u otro con las leyes marxistas, y qué
cosa tan interesante que todo el que viene a hablar conmigo y me pregunta qué
estudiar, les digo que no vayan a buscar nada al periodismo. Probablemente el
partícipe más importante que debe haber en la elaboración de una Ley de este
tipo son los propios periodistas.
Cuando los comunicadores estén
participando en ese proceso, y esta es una opinión desde afuera, deben pensar
muy bien cómo van a incluir ahí la protección de sus derechos, porque una ley
de comunicación puede ser para el frenado de consecuencias sin que responda a
los intereses generales. Una ley puede ser perfectamente pensada para frenar
determinadas cosas, como es el ejemplo de China, que ha puesto un control
extremo sobre el internet.
A los periodistas y a los que
participan en esto se les puede ir de las manos, y lo que estaban solicitando
en un inicio termina siendo limitado. Deben pensar muy bien cómo regular esos
derechos de modo que luego la ley no sea utilizada para frenar la propia labor
del periodista.
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