Intervenciones
durante el debate convocado por el Foro de Estudios Críticos y La letra corta, desarrollado en la Universidad de La Habana, el 14 de marzo de 2017.
Eduardo
Pérez (licenciado en Comunicación Social, moderador): Hoy están anunciando la convocatoria
al X Congreso de la UPEC y llama la atención que muchos de los asuntos que se
habían abordado en la anterior cita tienen que ver con la Ley de Comunicación o
Ley de Prensa, que está hace mucho tiempo dando vueltas. El domingo había
salido en el periódico Juventud Rebelde, un trabajo de Graziella Pogolotti
-y ya esto es a modo de motivación para el debate-, donde dice en un artículo
que se titula El nuevo periodismo:
En este preciso momento histórico, quisiera contribuir modestamente con algunas propuestas para un debate impostergable. La elaboración de una Ley de Prensa establecerá, con las regulaciones de obligatorio cumplimiento, el compromiso institucional de ofrecer a los periodistas información rápida y pertinente. Corresponderá a los encargados de cubrir el área específica, poseer oficio, entrenamiento como investigadores, corroborar la veracidad de los datos y las repercusiones de las medidas.
Este no es un debate nuevo, de hecho
es muy viejo. Incluso antes, mucho antes de que saliera en un medio oficial, ya
el debate había renacido a partir de lo que algunos llaman el ciberchancleteo, con motivo de un
trabajo publicado en La Joven Cuba bajo
el título de Los periodistas imprescindibles.
A partir de ahí decidimos tratar de agrupar un poco de ideas acerca de lo que
tiene que ver con la Ley de Prensa y con los medios de comunicación.
Llama la atención que tampoco es un
tema nuevo. A veces cuando revisamos algunos de los escritos de Martí al
respecto, vemos que hace una crítica a la Ley de Prensa española. En Cuba no
hay una Ley de Prensa desde el siglo XIX y lo que existe son algunos
lineamientos por un lado y por el otro artículos que fueron incluidos en las
constituciones del 40 y del 76, que le dan de alguna manera una estructura
normativa respecto a eso.
Sí hay una investigación de Julio
García Luis, que se publicó luego en formato de libro, que se llama Revolución. Socialismo. Periodismo: La prensa y los periodistas cubanos ante el siglo XXI, donde presenta algunos
de los asuntos que en materia de prensa hay que atender en Cuba. Allí Julio
García Luis dice:
La sociedad cubana necesita más prensa en cantidad, calidad y variedad. Requiere que el sistema de prensa funcione con una mayor integralidad, que los distintos medios se complementen unos a otros, que se conjuguen los perfiles de la prensa nacional y la prensa local, que exista un mejor balance entre la prensa generalista y la prensa especializada.
Sería recomendable en este punto, entendida la posibilidad económica, la creación de uno o más diarios nacionales de información, así como de publicaciones especializadas que no tengan el compromiso oficial de Granma y que ofrezcan espacios para abarcar más amplia y variadamente temas económicos, sociales, culturales, internacionales, deportivos, científicos y tecnológicos, con criterios de investigación, análisis y crítica.
Agrega en otro momento:
El problema, volviendo al caso cubano y colocándolo bajo el lente de estos conceptos esenciales, es que la prensa no existe solo con fines políticos, ni como escudo frente al conflicto entre nuestro país y la superpotencia. La prensa es multifuncional: informa, explica, opina, entretiene, nutre creencias, representaciones, estimula valores, fortalece identidades, y todo ello puede cumplirlo únicamente si ella misma se convierte en un símbolo legítimo y legitimado por la opinión pública para cumplir con esos cometidos. Bajo determinadas condiciones, un enfoque unilateral puede rebajar, o descalificar incluso, su capacidad para cumplir esos propósitos.
Y eso está prácticamente en el centro del debate. ¿Qué modelo de comunicación requiere el país en el que estamos enfrascados y ese al que aspiramos? Eso es, de alguna manera, lo que nos reúne aquí.
Nosotros queríamos compartir un
fragmento de una entrevista realizada a Rosa Miriam Elizalde por Cuba Información, porque ella en su
tesis presente una propuesta de modelo de gestión que pudiera tenerse en cuenta
en la elaboración de una Ley de Prensa. Ella explica algunos de los elementos
que conforman ese modelo. (Se proyecta fragmento de entrevista a Rosa Miriam
Elizalde)
Hay muchísima tela por dónde cortar,
dentro del amplísimo tema de la comunicación en Cuba. Fernando (Almeyda) y los
integrantes del Foro de Estudios Críticos habían elaborado algunas líneas que,
a su juicio, no deberían dejar de tenerse en cuenta en una futura Ley de
Comunicación, y pudiéramos ir viendo algunas de esas propuestas. El debate está
abierto.
Adrián
Jesús Cabrera (estudiante de derecho, FEC):
Yo realmente sobre una Ley de Prensa no tengo ni idea, para qué voy a mentir.
Yo apenas leo prensa. Mi cuestionamiento viene por la necesidad de una estructura
normativa. No me parece que se hayan dado fundamentos consistentes de por qué
hay que hacer una Ley de Comunicación. Me parece que el fundamento es un oportunismo
histórico. “No, que la última que tuvimos fue en la colonia”: ¿qué tiene que
ver eso? Ahí lo que habría que ver en primer lugar es por ejemplo cómo funcionó
la prensa en la primera mitad del siglo XX. Evidentemente no fue un caos la
prensa de inicios del siglo XX. Yo reviso más esa prensa que la actual, por
razones de investigación histórica, y mi parecer es que no fue un caos. Habría
que revisar qué tal funcionó esa prensa y cómo ha funcionado sin estructura
normativa.
Lo primero que aparece, sin conocer
del tema, es que me doy cuenta de que fehacientemente no se han dado
fundamentos serios de por qué hace falta una Ley de Comunicación. El primer
argumento es que la prensa en Cuba no es multifuncional. ¿Una Ley de Prensa va
a resolver que la prensa en Cuba vaya a ser multifuncional?
La otra cuestión es “no es multifuncional,
está muy politizada”. Yo lo que diría es que parte de una politización visible,
es burda la politización de la prensa en Cuba, lo que no significa que en todos
los países del mundo no exista esto, o que la prensa de una manera u otra no esté
politizada. Lo otro es que en Cuba hay una cultura jurídica y una cultura
económica ínfima. ¿El periodista tiene en Cuba una cultura económica, jurídica,
para hacer una prensa multifuncional? ¿Existe eso? ¿El periodista en Cuba forma
parte de eso? Me estoy preguntando y repito, no parto de una concepción de
negatividad, sencillamente no sé.
Eduardo
Pérez: Nosotros
partimos de algo: ni Fernando (Almeyda) ni yo tenemos la respuesta a todas las
cosas, pues si la tuviéramos no estuviéramos aquí participando del debate; pero
independientemente de que el criterio pueda ser que uno no sabe acerca de cómo
funciona la prensa, partimos de la idea de que es uno de los asuntos más
discutidos. La prensa, la comunicación en el sentido más amplio, es pública, y
eso se traduce en que independientemente de que a veces no sepamos cómo
funciona sí estamos viendo todo el tiempo sus resultados. Y a partir del
resultado uno demanda que cubra determinadas necesidades y desde esa
perspectiva todos podemos aportar. Nosotros estamos participando en igualdad de
condiciones: porque unos lo consumimos, otros tienen un poquito más de conocimiento
porque están metidos dentro y ven un poco cómo funciona.
Heidy
Martínez Armas (estudiante de Periodismo): Lo que tiene la prensa en Cuba es que había un modelo
antes y después de 1959. Obviamente el que había antes respondía a un modelo y
el de 1959 hasta acá responde al sistema socialista.
Sobre la Ley de Prensa creo que sí es
importante, porque por ejemplo en los últimos años, sobre todo entre los
estudiantes, existe un debate donde se presentan diferentes confrontaciones entre
medios alternativos, sobre todo en Internet, y personas de alto rango en el
gobierno que afirman que estos dan una visión diferente a la de Juventud Rebelde y Granma. Dicen
que estos medios atacan a la revolución y realmente no es así. Por ejemplo,
algo que sucedió recientemente y que nos afectó muchísimo, dado el elevado
grado de censura, fue lo que ocurrió con la profesora Elaine y su blog Periodismo de Barrio.
Una Ley de Comunicación lo que va a
hacer es que, sobre todo publicaciones de ese tipo en la web, tengan un
respaldo y una plataforma para poder hacerse válida ante el poder mediático que
posee el gobierno. Hablo del poder mediático desde el punto de vista teórico.
Sucede también en el sistema capitalista. Es normal que la prensa responda a un
poder determinado, ya sea aquí en Cuba frente al Estado Socialista o en
cualquier otro país.
Lo vemos en la portada de los
periódicos, por ejemplo, donde anuncian la visita de determinados presidentes
pero no se habla de los asuntos que tiene que ver con lo que a la gente le
preocupa. La Ley de Prensa a mi entender avalaría a los periodistas para tener
independencia entre el periodismo y la política No veo necesario para nada que
el periodismo esté ligado a lo político. Si existe el órgano oficial del Partido
Comunista de Cuba, perfecto, lo respeto, quien sea del PCC que lea el Granma, quien sea de la Unión de Jóvenes
Comunistas que lea Juventud Rebelde, pero por qué mi mamá o mi papá
que es cuentapropista solo tienen que leer eso.
¿Por qué no pueden existir medios que
no tengan que subordinarse al partido? Si la prensa es el cuarto poder, ¿cuál
es el poder real que tiene? Espero que si un día se aprueba la Ley de Prensa, los
medios tengan realmente el poder que deberían.
Ariel
Pierucci (profesor universitario, FEC):
Heydi, acabas de hacer alusión a un hecho histórico que a mí me inquieta un
poco y me inquieta la comprensión que podamos tener acerca de eso. Que antes de
la Revolución los medios, la prensa en Cuba pertenecían a transnacionales y que
estas después comenzaron a abandonar el país.
Un
punto importante: las transnacionales comenzaron a aparecer en la década
del setenta, del ochenta. Eso es lo primero. Antes del 59 no había
transnacionales. Segundo: medios de prensa extranjeros en Cuba entes del 59 no
había, salvo un medio norteamericano que lo leían los norteamericanos que
vivían en Cuba o los que hablaban inglés. El resto de los medios eran cubanos.
Con salida internacional estaba Bohemia, que era incluso leída en Hong Kong,
donde tenía suscriptores. Un dato importante: el Diario de la Marina, que era
el principal diario en Cuba, el más leído, cuando Pepín Rivero se va para Miami
y trata de abrirlo se lo niegan. Eso no era una transnacional.
Por el sistema que imperaba en Cuba
necesariamente tenían que tener un conjunto de relaciones con lo comercial,
anunciaban publicidad, pero a lo que quiero llegar es que la prensa en Cuba
antes de 1959 era cubana.
Triunfa la revolución. Los medios
tradicionales con la intervención de la prensa se van. La salida del Diario de
la Marina fue celebrada. Ahí se produjo un cambio en lo que era la comprensión
de la prensa, del fin de la prensa. Continúo la línea de Adrián: ¿cuál
condición histórica que surgió en un determinado momento es la que se mantiene,
o es la que rige la concepción de la prensa?
Una Ley de prensa, si no parte de
comprender eso, ¿cuándo surgió, qué tenemos y qué es lo que se mantiene?, no
sabrá por dónde anda la cuestión. Dónde está la pregunta y quisiera que me lo
respondieran los que saben: ¿qué es información? Porque hay mucha gente que
cree que está informada. A grandes rasgos todo el mundo se ha enterado sobre
las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos… ¿qué es información y qué es
expresión entonces? Lo que se dice en la prensa qué es. ¿Cuáles son los puntos
de vista que rigen la información? Hay gente que cree que está informada solo
con la Mesa Redonda. No creo que estemos en medio de un país tan altamente
desinformado. Hay bastante información sobre componentes de la vida real. Por
ejemplo, el Trabajadores, dice un
conjunto de cosas. (Continúa...)
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