Ser o no ser… Polémicas culturales en los ‘60 (Parte I) - La letra corta

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23 de septiembre de 2015

Ser o no ser… Polémicas culturales en los ‘60 (Parte I)



 “El arte no es propaganda, y ni en nombre de la
Revolución resulta lícito el escamoteo de sus significaciones”.
Alfredo Guevara
Tras las esencias…
¿Cómo se construye el pensamiento cultural de una nación? Sin pretensiones de dar respuesta a semejante interrogante, estas líneas pretenden acercarse a un período fundamental en la génesis de un proyecto de nuevo tipo sin antecedentes en la historia del continente.

La gestación de los sesenta marcaría el parto de los setenta y con ello el definitivo nacimiento de un país que pretendía –y pretende aun- construir un modelo ajustado a sus necesidades e intereses. De esa década crítica, por la confluencia de múltiples posiciones y miradas sobre cómo hacer Revolución, queda mucho por investigar y decirse.

Luego del 31 de diciembre de 1958 todo y nada cambió: había triunfado la primera Revolución en América pero la estructura neocolonial, a excepción de Batista y unos pocos de sus más cercanos colaboradores, seguía siendo la misma.

La génesis de un nuevo país requería entonces de cambios profundos a todos los niveles: en lo económico, en lo político, en lo cultural… Los retos, en la larga década que comenzaba para aquel grupo de barbudos soñadores que nunca imaginó la tarea que les esperaba, surgieron por todas partes.


Pretendemos pues, acercarnos a algunas de las más importantes polémicas desarrolladas en el período entre notables artistas, intelectuales e integrantes de la jerarquía gubernamental, y determinar en qué medida esta discusión colectiva de un nuevo proyecto de nación contribuyó a la formación de un pensamiento cultural cubano.

Según Alfredo Guevara, veterano polemista, sobreviviente a aquella y otras décadas no menos complejas, queda mucho por decirse, queda mucho por entenderse de aquellos años en que todo, hasta lo imposible, parecía convertirse en realidades.

“Con el andar del tiempo, la atmósfera de una época parece irrecuperable. La memoria de los supervivientes se contamina con los andares de la vida. Las imágenes nítidas flotan en el ancho territorio del olvido, como iluminaciones en un proceso de selección y descarte” (Pogolotti, 2006, pág. IX), de ahí que debamos volver una y otra vez a las fuentes originales, a la esencia misma de la verdad histórica, si eso, más allá de dicotomías filosóficas, aun fuera posible.

En la búsqueda esas esencias se encausan estas letras, de esas esencias que hacen a un pueblo sostenerse contra los más poderosos vendavales y soportar las lluvias más torrenciales. ¿Cómo se forma lo que circula por las venas de una nación como la Isla del Caribe que ha sido, en apenas dos siglos, colonia, neocolonia y revolución? En ese sentido pudiera enrumbarse este esfuerzo. (Por Eduardo Pérez Otaño)

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