Los muertos de la Patria - La letra corta

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19 de enero de 2015

Los muertos de la Patria



Desde este domingo 18 de enero los medios nacionales e internacionales anuncian el deceso de uno de los colaboradores internacionales en Sierra Leona: Reinaldo Villafranca Antigua. Según refieren no fue a causa del mortal Ébola sino de paludismo.

La primera imagen que vino de golpe a mi mente fue la de su familia, aunque desconocida para mí, y el terrible impacto de haber perdido a uno de sus integrantes en tierras lejanas, desconocidas. Pensé en el día en que, probablemente, se despidieron entre lágrimas, con la esperanza de un seguro regreso.

En África han muertos cientos de cubanos en los últimos 50 años: desde las guerras en Angola y Etiopía
hasta las colaboraciones en salud, educación y las más diversas áreas. Allí han quedado nuestros hermanos que como Reinaldo, llegaron hasta aquella tierra para saldar deudas históricas y ahí quedaron.

La muerte es inevitable, no hay dudas; pero siempre duele pensar que uno de los nuestros ha muerto en alguna parte, aun y cuando toda lógica patriótica debería hacernos pensar con orgullo en una vida ofrendada por alguna causa noble. Lo cierto es que hablamos ahora de uno menos de los nuestros, un muerto más de la Patria.

Gloria a nuestros colaboradores internacinalistas, a todos los que han muerto por los más diversos sueños. (Por Eduardo Pérez Otaño)


Desde este domingo 18 de enero los medios nacionales e internacionales anuncian el deceso de uno de los colaboradores internacionales en Sierra Leona: Reinaldo Villafranca Antigua. Según refieren no fue a causa del mortal Ébola sino de paludismo.

La primera imagen que vino de golpe a mi mente fue la de su familia, aunque desconocida para mí, y el terrible impacto de haber perdido a uno de sus integrantes en tierras lejanas, desconocidas. Pensé en el día en que, probablemente, se despidieron entre lágrimas, con la esperanza de un seguro regreso.

En África han muertos cientos de cubanos en los últimos 50 años: desde las guerras en Angola y Etiopía hasta las colaboraciones en salud, educación y las más diversas áreas. Allí han quedado nuestros hermanos que como Reinaldo, llegaron hasta aquella tierra para saldar deudas históricas y ahí quedaron.

La muerte es inevitable, no hay dudas; pero siempre duele pensar que uno de los nuestros ha muerto en alguna parte, aun y cuando toda lógica patriótica debería hacernos pensar con orgullo en una vida ofrendada por alguna causa noble. Lo cierto es que hablamos ahora de uno menos de los nuestros, un muerto más de la Patria.

Gloria a nuestros colaboradores internacinalistas, a todos los que han muerto por los más diversos sueños. (Por Eduardo Pérez Otaño)

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