“Hay decisiones que tomar,
hay problemas que afrontar,
hay asuntos que merecen
atención.”
Una
canción en la voz de Elena Burke
Tiempo
donde estar lejos de la casa familiar te hace quererla como un himno. Tiempo en
que los que parecían amigos se esfumaron, tiempo donde hacerlos nuevos fue en la
praxis vivir de apariencias. Tiempo de ver partir… a distancia.
Mi
tío mayor se fue de Cuba, mis compañeros de cuarto, mis amantes de turno, el
nuevo amor.
¿Cómo
se define el dolor?: desgarramiento, grito mudo, expresión singular de la
existencia: el dolor es un botella de cerveza que se bebe un sábado por la
noche, lejos del jolgorio colectivo y se llora hasta el ahogo en la añoranza.
Cursi, melodramático; pero duele. Mucho.
Se
comienza a dudar, a no creer, a subvalorar, a desestructurar el status quo de
tus prioridades, tus aspiraciones y los sueños; que es lo mismo pero no es
igual.
Se
duerme con la luz prendida, se masturban las imposibilidades, y vuelve a
comenzar la semana como si hubiese sido un año lo que dejamos pasar sin darnos
cuenta… un águila sobre el mar.
Y
los escasos contactos con La Habana; su entendimiento surrealista en Lam: The
Jungle. Un citadino que de pronto es ajeno al polvo, los charcos, el bullicio;
¿el ritmo indetenible de alguna espiral?
Las
estrellas y sus madrugadas, y el trabajo, y el escribir, el crear, destruir
para volver a crear. Ver los desgastados, los heridos, los que desaparecen, seguir en pie de lucha hasta el vacío, tanto
vacío, como consigna cualquiera.
Luego
la insatisfacción y de nuevo la madrugada.
La
sonrisa del hermoso Cúpido caribeño y visceral de palabras inopinadas e
impropias: lascivas, mundanales: Te juro, te quiero, te extraño.
Los
lobos alrededor de la presa moribunda, el hieratismo de la nada, los rostros
que se desdibujan. Los cuerpos cerca y el alma en Plutón, o lo que fue Plutón
alguna vez. De pronto no deseos… de perdurar, estar, sentir, cohabitar.
Ver
aflorar los sentimientos mezquinos, los que me doy el lujo de impronunciar.
Para
querer regresar, guardando un poco de
emoción, en letra y melodía para otra canción. (Por Reynaldo Tejadilla González)
Rey gracias por este trabajo, definitivamente no eres el único que anda por ahí tratando de atrapar esas equeñas grandes cosas, un abrazo
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