Domingo 12 de abril de 2015
01.15am- Llegamos
por fin a la Universidad de Granma. El viaje ha demorado en total 16 horas y 40
minutos. Ha sido largo particularmente por las paradas fuera de cronograma.
Llegamos bajo el signo de una media luna intensa y con la voluntad que salimos
hace 17 horas desde el parque Mella.
Luego
del recibimiento, la comida prevista a la que pocos se arriesgan dado lo tarde
del asunto y luego a recoger los colchones. La Universidad tiene la estructura
tradicional de los Instituto Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas,
del resto del país. Se encuentra bastante alejada del centro de la ciudad. Las
condiciones generales son regulares, particularmente en los dormitorios donde
apenas hay una llave para llenar los cubos que luego servirán para bañarse. Una
vez instalados comienza el proceso del baño.
Las
chicas en la delantera y los chicos después. El anunciado sueño se pospondrá
entonces para más tarde.
03.10am- El
sueño aún tardío se pospone más. Quedan todavía fuerzas suficientes para
discutir como los universitarios saben hacerlo: insistente y desenfadadamente
hasta que uno de los bandos caiga rendido por los demoledores argumentos de uno
de los grupos o por el cansancio atroz. Parece que por esta vez tendrá que
apelarse a la segunda de las opciones. Entre economía, turismo, contabilidad y
finanzas, fue organizado el lance por esta vez. El sueño anhelado comienza a
acercarse cuando Yasmín, del Comité de Base del MITRANS anunció: “caballero a
dormir que los las 4 y 15 de la mañana”.
Feliz
sueño para algunos, para otros aun postergado por la necesidad de solucionar
importantes problemas en el mundo como cuál de todas las carreras es mejor:
¿Artes y letras o economía? ¿Quizás contabilidad y finanzas? ¿Y derecho? ¡A
dormir, por fin! Son las 06.00am.
06.55am- De
pie porque el programa no puede atrasarse. Las tropas cansadas, diezmadas
incluso por la falta de voz, se organizan en el aseo matutino. Hasta ahora no
muchas novedades. Apenas los resúmenes de una noche ardua e intensa para la mayoría y las valoraciones de
cómo estuvo el recorrido de ayer, que ascendió a cerca de 800 kilómetros.
De
otro lado las previsiones de algunos: hoy Demajagua es el destino, incluyendo
un encuentro con el Primer Secretario del Partido, un recorrido por la ciudad
de Bayamo y la actividad recreativa en un centro del Ministerio del Interior.
La gente:
Los
muchachos se han integrado casi por completo aunque todavía son demasiado
evidentes las divisiones entre un ómnibus y otro. Las diferentes procedencias
se han complementado y las encarnizadas discusiones han terminado por acercar
posiciones. Es previsible que aún mejore el clima general que ya es bastante
bueno. Hasta ahora no han aparecido ni las bromas clásicas ni discusiones sobre
sexo. Seguro no tardarán.
César nos cuenta la historia de la Demajagua |
11.19am-
Destino Demajagua. César, el historiador del lugar, la persona que más conoce
sobre el Monumento Nacional. Sentados sobre la hierba escuchamos la historia
viva de este lugar que transpira historia.
El
28 de junio de 1843 se escucha hablar por primera vez de la Demajagua. Por ahí
comienza el amigo César, como se autodefinió al principio.
El
11 de junio de 1858, con 10 mil 800 pesos de hipoteca, en el registro no.26,
adquiere Francisco Javier de Céspedes la Demajagua.
El
14 de agosto de 1859 se adquiere la máquina de vapor comprada en Inglaterra con
30 caballos de fuerza.
El
hombre que habla con los laureles del Ingenio, César, no pierde oportunidad
para incluirnos humildemente en su historia inmensa.
De
memoria nos recita el documento mediante la cual Céspedes adquirió la finca y
nos hace ver en su mano el Acta, nos hace tocar el papel, nos hace terminar
aplaudiendo como verdaderamente se aplaude al maestro que ha podido mover la
fibra más íntima.
Céspedes
contrató mano de obra asalariada. Trabajaban con él 60 hombres y convirtió a
Demajagua en un central donde se centralizaron todas las funciones, notificado
en la prensa cubana en 1867.
Céspedes
era por demás el Venerable Maestro de la Logia de Buena Fe, y en esa condición
se reúne el 3 de agosto de 1868 en San Miguel del Rompe la Convención de
Tirzán, en las Tunas. Allí dijo: “Señores, la hora es solemne y grande…” Nadie
apoyó a Céspedes en su llamado y tampoco logró respaldo en la siguiente
reunión.
El 6
de octubre se acordaron en la finca El Rosario, todos los detalles para el
alzamiento previsto el 14 de octubre, incluyendo la aprobación del himno de
Figueredo para cantarlo en la Plaza de Manzanillo.
La
conspiración fue descubierta y el 7 de octubre a las ocho de la noche llegó la
nota a Manzanillo con la orden de Lersundi para reducir a Céspedes. Todo fue
quizás una casualidad, las casualidades de las que está hecha la historia de
Cuba.
Según
Bartolomé Masó, el 9 de octubre en la tarde había cerca de 300 hombres listos
para la lucha, si fuera preciso con las manos. Le pidió Céspedes a Canducha que
formara una bandera porque detestaba la de Narciso que defendía intereses
norteamericanos.
La
bandera fue un tributo a la de Chile, con los pabellones intercambiados, presuntamente
por haber brindado su bandera para ser usada en el mar por los barcos contra
España. Tiene 125 cm por 136cm. Canducha completó la tela de azul con uno de
sus vestidos.
La
bandera emocionó tanto a Céspedes que llamó con la campana a sus esclavos y
dijo: “En la mañana que sigue a la noche de hoy todos seréis tan libres como
yo…” Mientras, llegaban nuevas partidas. Eran cerca de 500 hombres.
A
las 6.00 am Céspedes da el de pie y hasta las 10.00 am la neblina insistente no
dejó que comenzara la verdadera historia de Cuba. Parece que pasan entonces los
esclavos al llamado, parece que suena la campana, ¡silencio!, ahora habla
Céspedes.
“Ciudadanos,
hasta hoy habéis sido esclavos míos…” fue la frase que garantizó el primer acto
de libertad y de dignificación plena del hombre, del negro, del naciente
cubano.
La
cañonera “Neptuno”, se instaló en el Golfo y solo logró destruir la
infraestructura porque todo lo demás permanece en pie: el corazón de este lugar
memorablemente histórico. El tiempo le pasó por encima, porque aquella República de Generales y Doctores no se
preocupó nunca por la verdadera historia.
El
21 de junio de 1968 llegó a Demajagua Celia Sánchez con el arquitecto Fernando
López para construir el actual Monumento Nacional. Un muro con piedras duras
como dura es la vergüenza de los cubanos, con 6 patas por 6 provincias que
iniciaron la lucha: pero al fin un solo muro, una sola Cuba.
La
palma: sembrada por Arnaldo Tamayo Méndez sobre la tierra de Demajagua que
llevó al cosmos. Ahí está, como fiel guardiana de este lugar. Fue el 8 de enero
de 1981.
César
Martín es la historia viva y es un cubano como yo, como tú, como buen aparte de
los once millones que vivimos en esta isla.
El agradecimiento a César en nombre del destacamento |
César
pidió a Randy, presidente de la FEU en la Universidad, la foto entre las ruedas
del antiguo Central Demajagua, en la misma posición en que Fidel se la tomara
aquel 10 de octubre de 1968, como justo regalo al heredero de Céspedes.
Pero
el más emotivo de todos los momentos, como el buen vino, fue reservado para el
final: cuando 70 jóvenes cargados con todas las responsabilidades que el tiempo
nos impone, de frente a la bandera enarbolada por Céspedes junto a la cubana
adoptada en Guáimaro, cantamos el Himno, el mismo que aquel 20 de octubre
hiciera llorar, como hoy, a no pocos de nosotros.
Son
más de las doce del mediodía de la segunda jornada de este viaje y las
expectativas iniciales, vale decirlo, se han sobre cumplido.
El lugar:
Desde
la casa museo de Céspedes, llama la atención la vista del Golfo de Guacanayabo.
Monumento sencillo que consta en lo esencial de dos partes: la campana y las
ruedas situadas en el lugar original donde estuvo el Ingenio y donde Céspedes
leyera el Manifiesto de aquel 10 de octubre; la otra parte la casa-museo donde se atesoran objetos
históricos de importante valor patrimonial.
Demajagua
es sencilla, como sencillos fueron los inicios de este lugar en el lejano año
de 1843. Solo 25 años bastaron para cultivar en este terreno toda la hombradía
necesaria para poner a funcionar el motor de la historia patria, libre de los
lazos con España.
Frente a la palma sembrada por Arnaldo Tamayo Méndez |
Resto del Central la Demajagua |
Restos del Central la Demajagua |
Calderas del antiguo central Demajagua |
Vista de parte de la Casa Museo |
Junto a César el presidente de la FEU y el Secretario de la UJC de la UH y otro integrantes del destacamento |
Foto oficial del destacamento frente a la emblemática campana |
Restos del Central. Al fondo, la campana de la Demajagua |
Integrantes del destacamento mientras escuchan a César |
César nos cuenta la historia de la Demajgua |
La histórica campana, símbolo de rebeldía |
Una de las banderas empleadas durante los combates |
Vista exterior de la Casa-Museo |
Destacamento acá les dejo la segunda parte. Disculpen que me haya demorado un poco, pero me comprometo a subir las siguientes partes todos los días. Espero me dejen saber alguna imprecisión que encuentren y también sus comentarios. Un abrazote a t@s, E.P.O
ResponderEliminarNota: Algun@s de ustedes me han dicho que han intentado pero no han podido comentar. A la derecha les dejo los pasos a seguir, muy sencillos, para poder hacerlo.
Fue muy emocinante todo,no hubo nadie que llorara en la Demajagua,Cesar nos ofrecio no solo la historia nos ofrecio tambien su corazón.
ResponderEliminarFue muy emocinante todo,no hubo nadie que no llorara en la Demajagua,Cesar nos ofrecio no solo la historia nos ofrecio tambien su corazón.
EliminarLeandro, yo lo vi, ja ja, la emoción hizo llorar a unos cuántos y eso siempre es bueno. El momento quedó guardado en algún rinconcito, esa es la mejor forma de aprender historia.
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