Hacia una Ley de Comunicación en Cuba (IV) - La letra corta

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27 de marzo de 2017

Hacia una Ley de Comunicación en Cuba (IV)



Continuación de las intervenciones durante el debate convocado por el Foro de Estudios Críticos (FEC) y La letra corta, desarrollado en la Universidad de La Habana, el 14 de marzo de 2017.
Hacia una Ley de Comunicación en Cuba (IV)
Eduardo Pérez Otaño (Moderador): Antes de la próxima intervención quisiera citar algo que menciona Rosa Miriam Elizalde haciendo referencia a un texto de Ignacio Ramonet, si mal no recuerdo, relativo a ver los medios de comunicación como un cuarto poder.

Eso lleva un poco al engaño en el sentido que plantea Ramonet: vivimos en dos tiempos, en dos épocas. Tenemos un modelo estructural que fue diseñado para el siglo XIX de repartición de los poderes y eso convive con esta sociedad que tenemos en el siglo XXI; y lo mismo sucede cuando hablas de los medios de comunicación. 

Quizás se cree que no hace falta una ley de este tipo porque ya contamos con determinados lineamientos, con el diseño de una política de comunicación emitida por el Partido; pero a veces esa es una política que está estancada o que diez años después sigue aplicándose aunque se pierda actualidad, como es el caso de la política que tiene el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) que es de la década del ochenta y sigue siendo la que regula las cuestiones de comunicación.

Amanda González Hernández (Estudiante de derecho, FEC): Sí hay poder que no ejerza violencia política. Pueden existir formas de poder que no implique presión o violencia política, porque el poder no tiene que ser eminentemente político. El poder posibilita, da la oportunidad… Mientras haya civilización va a haber ejercicio del poder. Entonces, ¿qué podemos hacer con ese poder que tiene el pueblo en Cuba y cómo vamos a ejercitar esa libertad de expresión? ¿Cómo vamos a poner en marcha eso?

La libertad de expresión no es un ejercicio sin límites, no es que yo diga lo que quiera decir. Necesitamos que haya límites  bien establecidos, que yo tenga un marco específico que me diga esos límites. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, lo que dice el Granma responde a su línea editorial. Lo que sucede es que muchas veces los periodistas no dicen lo que quieren decir. La opinión de los periodistas está restringida en ese medio, y lo que dice entonces en Facebook tiene más veracidad a la vista del público.

Otra cuestión es la autocensura, y hablaba sobre eso Raúl (Castro). La gente muchas veces no puede decir lo que realmente piensa. Ese es un problema bastante importante.

Laura Barrera Jerez (Periodista): Algo que debemos tener bien claro en este debate es qué es aquello que estamos discutiendo. Es importante tener una Ley de Comunicación en Cuba que ayude a resolver los problemas que tiene la prensa. Eso está en discusión. Lo que no está en discusión es el socialismo como modelo. No está en discusión el sistema político. No estamos abogando por un cambio de sistema político, sino por un perfeccionamiento de la prensa en Cuba. 

A veces vemos, por ejemplo, que algo que ocurrió hace días y que mucha gente lo conoció por redes sociales, por medios alternativos, Granma lo publica. Eso ya no es noticia, es apenas una información que no genera interés. Ahí hay uno de los tantos problemas por resolver. 

Yassel Padrón Kunakbaeva (Licenciado en Radioquímica, FEC): Yo quería agregar algo, y es que la hegemonía del Partido sí está en discusión. En Cuba actualmente está el Internet que se ha expandido cada vez más, y ese es uno de los espacios en los cuales se lucha el poder, ese es un intento por disputar el poder. Lo que se dice, lo que se difunde por ahí, es fuente de poder.

En Cuba siempre han existido diferentes posiciones que vienen desde la década del setenta: han convivido las posiciones de izquierda, de extrema izquierda, de centro, de derecha, existe liberalismo, existen personas con todas las formas de pensar, hasta simpatizantes del Estado Islámico.

Mientras el socialismo sea una política más, mientras se presente como  la victoria eterna de una posición política, estamos condenados al fracaso. Usted existe hoy y su reinado dura treinta años, y luego vendrá alguien más, que dice algo diferente. Mientras el socialismo no se convierta en una plataforma de distribución de poder, y se presente como la posición de un grupo sobre otros, está condenado al fracaso.

Hay una parte de los intelectuales que aspira a dejar el socialismo atrás, a que se evite hablar de eso. Hay una frase que está de moda: “vamos a convertir a Cuba en un país normal”. Por ejemplo, en la Facultad de Derecho no se estudia derecho soviético, no se analiza ese modelo, se estudia derecho español. Realmente sienten que el derecho cubano es derecho español.

Otro asunto es el embrutecimiento de los cuadros ideológicos del Partido. Hubo un momento en que el conocimiento estuvo del lado de la Revolución. Sin embargo, con el paso del tiempo, nos han dado el espectáculo de su embrutecimiento. 

Los que quieren dejar atrás el socialismo están cometiendo un error histórico, porque el socialismo tiene raíces profundas en la historia de Cuba. Creo que el país tiene que tener perspectiva, si no sucede eso, cada quien va a hacer lo que quiere y no se va a llegar a ningún lado.

Mario (Licenciado en estudios socioculturales): A mi entender la cuestión de la socialización en los medios de comunicación es una cuestión técnica. Si pensamos en el socialismo solamente como un modo de producción material y no como un modo de producción de sentidos, se entiende entonces que no exista esa socialización.

Hay que rescatar poco a poco esos pequeños espacios que siempre existieron, incluso durante la república, donde a pesar de todo se escuchaban las voces de la gente. (Continúa…)

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