Por Néstor del Prado
Tomado del blog Dialogar, dialogar
En estos días tenemos a Fidel en
nuestras mentes y corazones; ya sea por lo que publican los medios de
comunicación de Cuba y el mundo; o por las convicciones y vivencias de cada
cual relacionadas con el pensamiento y la obra de una de las personalidades más
relevantes de la historia de la humanidad. Fidel estaría cumpliendo 92 años de
vida; sabemos que ya no podremos contar con sus respuestas a nuestras dudas y
criterios, aunque sí con su legado histórico.
La Constitución como ley de leyes más
que meta es punto de partida. Pero ¡qué clase de punto de partida!
No
recuerdo una cobertura de prensa más completa para que la población que lo
deseó estuviese al tanto de lo que estaba ocurriendo en las sesiones de trabajo
de nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular en el pasado mes de julio, en que se analizaba el anteproyecto de
Constitución.
No será mi objetivo adelantar
opiniones personales sobre el proyecto que ya está en millones de manos y
mentes cubanas de aquí y de allá; sino compartir meditaciones y sugerencias que
tal vez resulten de utilidad para la etapa crucial de la participación popular
que acabamos de iniciar.
Cuando afirmo que es algo inédito, lo
fundamento en los siguientes porqués.
§ Porque como nunca antes forma parte de un proceso de cambio generacional
§ Porque aborda de manera consecuente los cambios ocurridos y por ocurrir
en nuestra sociedad
§ Porque se utilizan nuevos canales que las modernas tecnologías de la
información propician
§ Porque se acude a la conciencia ciudadana de los cubanos que viven en o
fuera de Cuba
Hay otros porqués, pero estos los
considero suficientes.
Se
evidenció que el anteproyecto presentado fue una obra colectiva gestada desde
hace bastante tiempo. En la etapa final fuimos testigos del liderazgo personal
de Raúl, nuestro Primer Secretario del Partido. El proceso de intercambio por Comisiones jugó su papel
esclarecedor. La intervención de Homero Acosta comentando artículo por artículo
fue algo de gran utilidad para los diputados y para quienes seguimos el debate
por las diferentes vías de comunicación.
Luego Cubadebate tuvo el acierto de
retrasmitirlo recientemente en dos días consecutivos.
Por cierto, para quienes defendemos
la importancia de los IPVCE antes escuelas vocacionales, Homero es egresado de
la Escuela Vocacional Lenin.
Antes
de entrar en lo esencial de mi artículo quiero reconocer y adherirme a lo
planteado por el presidente Miguel Díaz Canel en las conclusiones de la pasada
sesión de nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular. Palabras breves, emotivas, razonadas, modestas, inteligentes,
consecuentes, fieles a lo que viene haciendo al frente de su equipo de
dirección, junto a los decisores nacionales o locales y al pueblo que lo recibe
con cariño y confianza en centros de trabajo o de estudio o en las calles por
donde transita.
Ha sido amplia y profunda la
divulgación sobre el proceso preparatorio para la etapa de participación
popular.
Compartiré de manera concisa algunas
observaciones y razonamientos que pueden resultar de utilidad para la
continuidad del proceso:
§ Frontera difusa entre los que cabe en un texto constitucional y lo que
no.
§ El qué, el por qué y el para qué, sí va; pero el cómo el quiénes y el
cuándo es para las demás normas jurídicas subordinadas.
§ Lo esencialmente jurídico y lo esencialmente deseado por el pueblo en el
texto a debatir y aprobar.
§ Quién y cómo califica lo bueno para diferenciarlo de lo malo.
§ Alcance de palabras supuestamente sinónimas que en el lenguaje técnico
no lo son (conservación-salvaguarda; deber-tener; velar-asegurar;
estatal-público; etc.).
§ El glosario debe ser enriquecido. Hay otros términos que lo ameritan.
§ Duda consecuente en cuanto a que las leyes y normas jurídicas que hagan
operacional la constitución no la dañe, no le quiten el filo justo, o peor
todavía no distorsionen el espíritu del legislador.
§ ¿En qué medida el texto escrito puede asegurar que las leyes derivadas
no alteren su esencia? No confundir estilo de redacción con contenido de lo
redactado.
§ Debate culto y cultura del debate; en que la democracia no se lesione ni
se caiga en un intercambio insustancial y aburrido.
§ Durante muchos años hemos aplaudido intervenciones convencionales de respaldo,
en debate que reclaman la reflexión y diferentes puntos de vista para lograr
propuestas concretas que mejoren el texto. Esto no niega declarar la
adhesión a un capítulo en que se declara algo que no deba ser modificado.
§ La falta de preparación para poder decir lo bueno de manera concisa.
§ El valor de la humildad que nos lleva a declinar el uso de la palabra
cuando usarla no es mejor que el silencio
§ Aprobar por consenso no es aprobar por votación. Es importante
explicar bien el concepto de consenso.
§ Un Referéndum apunta más al consenso que a la votación
§ Recordemos la esencia del consenso. El consenso consiste en que, cuando
se llega a una decisión, nadie siente que su aporte ha sido mal interpretado o
no se le ha prestado la suficiente atención. No es un voto de unanimidad o de
estar todos de acuerdo. Es de desear que cada persona piense que la decisión
tomada es la mejor. El consenso lleva a hacer lo que sea mejor para el bien
común. El elemento clave para que el consenso funcione bien es un compromiso
por parte de cada individuo de aceptar lo que sea de mayor interés para el
grupo. Esto lleva a considerar otros intereses más allá de los propios.
Elementos clave para tomar una
decisión por consenso:
1. Llegar al intercambio sin prejuicios. Esto no significa no pensar
de antemano sobre el tema, sino estar dispuestos a considerar cualquier otra
perspectiva o idea que puedan surgir durante el proceso de análisis.
2. Escuchar las ideas que aportan las otras personas e intentar
comprender su razonamiento.
3. Exponer brevemente la propia opinión para que las otras puedan
comprenderla. Evitar discutir para defender la opinión personal o intentar
cambiar la opinión de las otras para que estén de acuerdo con la propia.
4. Considerar las diferencias de opinión como algo útil en vez de
algo dañino.
Sugerencias para el proceso de
participación popular entre el 13 de agosto y el 15 de noviembre:
§ La selección de los facilitadores del proceso es muy importante, hay
personas que por su naturaleza psicológica les cuesta mucho facilitar del
debate democrático. Aprovechar las lecciones aprendidas del proceso de los
lineamientos del Partido y la Revolución
§ Monitorear a quienes fungirán como facilitadores del debate, para
rectificar a tiempo los posibles errores humanos. Ya se ha dicho que no se
trata de refutar lo que otro diga, sino de captar todo lo que cada ciudadano
plantee
§ Evitar que la Asamblea se convierta en un torneo de oratoria o en una
asamblea cumbre de rendición de cuenta
§ No refutar un criterio u opinión, sin antes indagar sobre la claridad de
lo que el ciudadano quiere expresar. Distinguir en el que está confundido y al
aclarársele cambia su opinión del que sí está claro, pero piensa distinto
§ Además de un proceso de retroalimentación se trata de una genuina
participación en los destinos de la Nación
§ Mantener una información sustanciosa, relevante, objetiva de lo que vaya
ocurriendo
§ Utilización consistente de la Estadística Matemática para monitorear el
desarrollo del proceso. Ir más allá de las técnicas elementales de los
porciento y de los promedios.
No abordaré la próxima etapa en que
la Comisión Nacional analice y decida incorporar o no lo planteado al nuevo
proyecto que se debatirá en la Asamblea Nacional. Es preferible que fluya esta
etapa de participación popular prevista hasta el 15 de noviembre.
Seguramente surgirán nuevas ideas y procedimientos que podrá aplicar la
Comisión Nacional. En dicha Comisión hay personas inteligentes, bien informadas
y bien preparadas.
Tengo en mente un artículo en que la
Matemática salga al auxilio de la interpretación de términos difusos que
aparecen en el texto actual y que se evidenciarán en el proceso de consulta
popular.
Como
es habitual confío en que los cubadebatientes enriquecerán estas ideas para que
hagamos un modesto aporte a la obra común de quienes pensamos que juntos
seremos capaces de lograr una nueva Constitución de la República de Cuba
suficientemente buena para seguir avanzando con todos y para el bien de todos.
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